lunes, febrero 27, 2006

 

Tres momentos

La función del profesor ya no tiene el predicamento social deseable en una sociedad sana con aspiraciones de superación colectiva. No existe respeto alguno por su figura académica y ello lo ha convertido en un guardero (los colegios e I.E.S son guarderías, no lugares de instrucción) criticado y denostado durante todo el año salvo en tres ocasiones: Navidad, Semana Santa y Junio. Cuando se emite el boletín de notas (siempre que este sea positivo, claro) el profesor de repente adquiere el valor de un juez emisor de un dictamen infalible (siempre que este sea positivo, insisto ya que en caso contrario el profesor puede tener que aguantar admoniciones como " tú a mí no me estropeas las vacaciones suspendiendo a mi hijo").

Señores padres, ¿en qué quedamos?.¿El profesor es un guardero deleznable o una autoridad justa ? ¿No será que esta su esquizofrenia parte de los desgraciadamente rampantes principios instrumentales de nuestra sociedad en que se es bueno o malo en función siempre de intereses personales volubles y cambiantes y no de una ley moral universal que sabe mucho de bien y de mal, de valor y virtud ajena a caprichos individuales?

La profesora Y

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