martes, febrero 28, 2006

 

La tarima

En los años 80, con el advenimiento del socialismo a la administración educativa española se suprimieron las tarimas que había en las aulas. En el más puro movimiento revolucionario de "a las barricadas!", las pobres tarimas se cargaron con todos los sambenitos posibles: las tarimas eran fascistas, reaccionarias, franquistas y de derechas según la pedagogía socio-comunista dominante.

A partir de ese momento, profesores y alumnos están al mismo nivel físicamente en el aula como símbolo de que, según la mencionada pedagogía totalitaria, el hecho de que el profesor esté a otro nivel es un atentado discriminatorio intolerable a los derechos del alumno. Obviamente, si el profesor y el alumno saben lo mismo y están al mismo nivel, es imposible que el uno pueda educar al otro amén de la utilidad de dicho mueble escolar ( la tarima) para tener una idea clara en todo momento del desarrollo de la clase, de quien se entera y quien no, de qué hace cada cual etc.

Pues bien , una vez roto dicho equilibrio del cual la tarima constituía el símbolo, asistimos hoy día a otra realidad muy distinta, no hay tarima, no hay autoridad (ésta está contestada desde muchos ámbitos) ergo los alumnos entienden que ellos mandan, ellos gritan o tratan con displicencia, ellos deciden si le dan bofetadas a otro para grabarlas en el móvil en la moda del happy slapping..........

La profesora Y

lunes, febrero 27, 2006

 

Tres momentos

La función del profesor ya no tiene el predicamento social deseable en una sociedad sana con aspiraciones de superación colectiva. No existe respeto alguno por su figura académica y ello lo ha convertido en un guardero (los colegios e I.E.S son guarderías, no lugares de instrucción) criticado y denostado durante todo el año salvo en tres ocasiones: Navidad, Semana Santa y Junio. Cuando se emite el boletín de notas (siempre que este sea positivo, claro) el profesor de repente adquiere el valor de un juez emisor de un dictamen infalible (siempre que este sea positivo, insisto ya que en caso contrario el profesor puede tener que aguantar admoniciones como " tú a mí no me estropeas las vacaciones suspendiendo a mi hijo").

Señores padres, ¿en qué quedamos?.¿El profesor es un guardero deleznable o una autoridad justa ? ¿No será que esta su esquizofrenia parte de los desgraciadamente rampantes principios instrumentales de nuestra sociedad en que se es bueno o malo en función siempre de intereses personales volubles y cambiantes y no de una ley moral universal que sabe mucho de bien y de mal, de valor y virtud ajena a caprichos individuales?

La profesora Y

domingo, febrero 26, 2006

 

Envidia

Dentro del contexto del igualitarismo enfermizo (es obvio que los humanos no son iguales entre sí) que nos rodea hace ya muchos años, los profesores sufren en sus carnes una lacerante envidia a su profesión. Se envidian, no el esfuerzo y el trabajo que cuesta llegar a ser profesor y luego ejercer la profesión sino, como siempre, los resultados de dicho esfuerzo que aparecen como injustos a los ojos de los envidiosos. Para muchas personas, resulta más fácil murmurar que empeñarse en un esfuerzo que conduzca a una meta (con el riesgo de fracaso que ello conlleva).

Desde hace muchos años, la sociedad representada por los padres de familia y otros de sus muchos representantes ha afilado sus lenguas vituperando a los dignos responsables de la educación académica de sus hijos. La raíz de todos estos vituperios está en uno de los mayores males morales del ser humano, el pecado capital más repugnante: LA ENVIDIA; definida por el DRAE como tristeza o pesar del bien ajeno.
Es decir, no sólo no alegrarse del bien ajeno o, al menos, permanecer indiferente ante ello, sino entrar en el terreno viscoso de tener pesar por el bien del vecino, como paso previo para actuar en su contra. Siempre me ha parecido sorprendente la inquina que muchos padres guardan a quienes se encargan de la alfabetización de sus hijos.

" Creer que se puede extraer utilidad del mal moral es una ingenuidad histórica. Una apuesta por el mal moral tanto a nivel personal como social acaba en drama cuando no en tragedia"
Monseñor Rouco Varela, Cardenal Arzobispo de Madrid.

La profesora Y.

jueves, febrero 23, 2006

 
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La ideología de la LOGSE-LOE

"La ideología que anima a la LOGSE-LOE es utópica, ucrónica y fundamentalista. Es utópica y ucrónica porque se sitúa fuera del espacio y del tiempo, es decir fuera de la realidad. Cuando uno escucha o lee discursos logsianos tiene la sensación de trasladarse a una realidad virtual, a un universo paralelo donde rigen unas leye diferentes del mundo real: le hablan de alumnos que no son reales , de institutos que no son reales, de profesores que no son reales.

Pero además la ideología de la LOGSE.LOE es fundamentalista. Se afirma con el dogmatismo de la verdad revelada, impermeable a cualquier crítica. No se ha constuido inductivamente a través de la obsrvación de la realidad, ni hipotética-decductivamente, con conjeturas constrastadas con hechos. Se ha afirmado por una especie de revelación laica que ha iluminado a unos cuantos psicopedagogos escogidos que inmediatamente han empezado a predicar la buena nueva.

Como todo discurso fundamentalista tiene ribetes ético-morales: no solamente es la VERDAD, también es el BIEN. Cualquier oposcición es moralmente condenable, cualquier resistencia, cualquier crítica, son punibles. El discurso LOGSE-LOE se incorpora, con todos los derechos, al discurso "políticamente correcto", a lo que HAY que pensar, a lo que hay que decir, a lo que HAY que creer, a lo que no se puede discutir so pena de caer en el delito de opinión.

¿Cuáles son los puntales fundamentales de esta ideología? Intentaremos resumirlos:

1. El buenismo.
El ser humano es bueno por naturaleza, pero la "sociedad" lo pervierte. Como consecuencia lógica los alumnos son mejores que los profesores, pues están más próximos al "buen salvaje". Cualquier conducta (de los alumnos) tiene explicación y por tanto justificación. Los castigos no sirven para nada.

2. El ludismo. La enseñanza ha de ser divertida. Los profesores tienen que "motivar". Al instituto no se va a estudiar, sino a "realizar actividades", divertidas, por supuesto. El esfuerzo y la voluntad son conceptos "reaccionarios".

3. El psicologismo y el paidocentrismo. El niño -adolescente se coloca en el centro del proceso educativo. Lo que importa no es que aprenda cosas, sino su desarrollo personal y emotivo. Se valora la actitud, y los "avances" respecto a la posición de partida ("progresa adecuadamente"). Las valoraciones deben "personalizarse" y los criterios que valen para uno pueden no valer para otro ("atención a la diversidad").

4. El igualitarismo de llegada. No es la igualdad de oportunidades, que sería el igualitarismo de partida, sino la igualación, por abajo naturalmente. Reconocer la valía, o el esfuerzo, es discriminar a los tontos y a los vagos. La dorada mediocridad es el ideal. Surgen los neologismos políticamente correctos para no crear traumas: alumnos conductuales, alumnos de aprendizajes retardado...

5. El economicismo: La jerga económica invade el lenguaje docente. Las asignaturas son créditos. Los alumnos se convierten en clientes de la educación. Se habla de oferta y demanda de asignaturas, de plazas escolares, de profesores."

José Alsina Calvés. IES Galileo Galilei. Barcelona
Publicado en la revista ANPE. Febrero 2006


Dada la calidad y la capacidad de síntesis que el profesor Alsina demuestra en este artículo no hemos podido resistirnos a publicar este fragmento. No podemos más que mostrar nuestra admiración por la hábil disección que mejora nuestra comprensión de los institutos españoles. Gracias.

martes, febrero 14, 2006

 

El tabaco en los institutos


Los profesores se ven obligados a salir de su lugar de trabajo para echarse un cigarrito, como todo el mundo. Los alumnos tienen terminantemente prohibido salir del centro y además suelen ser menores.

Todos sabemos que el mono del tabaco es muy fuerte (una jornada escolar media es de 7 horas) por lo que se esconden por el patio para fumar. Por supuesto, esto también es reponsabilidad del profesor y se pretende que juguemos al ratón y al gato con ellos, otra excusa más para acosar a los docentes. ¿Cuándo van a aprender que no somos vigilantes ni responsables de los actos de un tercero?, por cierto, ¿quién vende tabaco a los menores?

Las empresas tabaqueras ponen todo su empeño en captar nuevos clientes mediante la reducción de precios, entre otras medidas, el éxito que obtienen es espectacular. Cada día fuman más y empiezan antes, aunque se empeñen en hacernos ver lo contrario. Pregunten, pregunten.

Se le ha dado al tabaco una importancia capital y esto ha añadido más tensión a los institutos. No hace falta estar muy familiarizado con al mentalidad adolescente como para comprender que se ha creado un problema, uno más. Jo, los institutos son de todo menos aburridos.

El profesor X

domingo, febrero 05, 2006

 

sábado, febrero 04, 2006

 

¿Menos leyes y más gestión educativa?

Esto, parece ser, es lo que José Antonio Marina nos propone en su Manifiesto Educativo. Señor Marina, en democracia la ley lo es todo, son unas normas del juego que nos damos para respetarlas y vivir en libertad. Prefiero la nefasta LOGSE a ninguna ley, sólo faltaba que no hubiera ninguna ley sino un grupo de gestores educativos que marquen las pautas a todos los profesores. De hecho eso ya se produce, los institutos están dominados por burócratas socialistas gobierne quien gobierne. La única esperanza que nos queda es cumplir la ley, aunque sea mala, para podernos escapar de las arbitrariedades de estos burócratas borrachos de poder.

La Ley ha sido lo único a lo que nos hemos podido agarrar cada vez que se ha intentado experimentar con el alumnado, sí como lo oyen, los institutos son suyos y no tienen ni siquiera el pudor de ocultarlo, no es extraño oirles decir cosas como: "tenemos derecho a ver el resultado de nuestro experimento", sí, el experimento es con nuestros hijos, sí, pone los pelos de punta.

Nos lo veníamos maliciando, querríamos equivocarnos pero parece que no, tal es el grado de control en los institutos que hasta sus propias leyes se han convertido en un estorbo y empiezan a moverse para barrerlo. No se pueder ser más soviético.

El profesor X



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